La opresión es siempre doble para nosotras. El desempleo, la desigualdad, la explotación o los recortes sociales afectan a toda la sociedad; pero sabemos que de forma mucho más brutal a las mujeres. Las agresiones contra los derechos conquistados por las mayorías sociales que las elites políticas y económicas están consumando, no perjudican a todas por igual. A nosotras, con una brecha salarial por desempeño del mismo puesto de trabajo que supera el 30%, nos roban el futuro mucho más y nos llaman, hoy más que nunca, a la lucha feminista y por los derechos de las mujeres.
A todo el programa regresivo se suma encantado el nuevo gobierno del PP, que amenaza con un ataque frontal -cargado de prejuicios e ideología sectaria –contra los derechos que, con digna rebeldía, hemos conquistado a lo largo de la historia. La penalización del aborto y la criminalización de las mujeres por su práctica es sólo una de las medidas que contra nosotras este retrógrado gobierno pretende poner en marcha. Tenemos que decirles que no lo tendrán tan fácil, que nos encontraran combativas y desobedientes en la calle, tomando la palabra y decidiendo sobre nuestro futuro; como nunca nos quisieron ver.
La violencia de género, cuya expresión más brutal es el asesinato machista, es una realidad cotidiana en la vida de muchas mujeres. Pero los ataques contra nosotras, por el mero hecho de ser mujer, no se agotan en las agresiones físicas o en el asesinato. Es violencia estructural la que sufrimos todos los días, cada vez que la crisis y la pobreza se ceban con nosotras, cada vez que alguien nos discrimina y piensa que en casa y calladas estaríamos mejor. No podemos olvidarnos de la brutal violencia que se ejerce contra las migrantes, las bolleras, las transexuales, las indígenas, las que no tienen dinero para estudiar, las trabajadoras del sexo y todas las que sufren los efectos multiplicados del machismo.
Por eso estamos cargadas de razones para luchar contra el patriarcado. La lucha feminista no es problema sólo de las mujeres. Una sociedad justa y democrática, al servicio de las mayorías y no de la élite, sólo puede construirse desde la abolición del machismo y del patriarcado. Por ello, el día de la mujer es cosa de todas, pero también de todos.
La lucha será feminista o no será: ¡8 de Marzo todas a la calle por los derechos de las mujeres!
Asamblea TOMALAUC3M.
Fiesta-sangriada: 13.00 Césped de Humanidades
Manifestación por el día de la mujer: 20.00h Jacinto Benavente
